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25 de junio de 2014

Opinión: póngame un esclavo... o un redactor

Y con vaselina; es como mejor entra. Con unas gotitas entre nalga y nalga (chas, chas); allí donde lo estrecho aprieta y la sangre se coagula (¡¡ay!!). Todo lo firme que el pulso de cada uno pueda dar pero sin abusar. Por aquéllo de las venas varicosas superficiales y la prevención de almorranas de sangre azul (y si alguien quiere encontrar un paralelismo Real en la frase, lo cierto es que lo tiene). Que duelen y son molestas lo que está cerca y parte del otro. Es sin duda, sino la mejor, la forma más adecuada y menos violenta de que el susodicho no sienta evacuar por dicho orificio algo más que su propia dignidad.

mmmm... ¡siempre con vaselina!

Tan escatológico párrafo no se trata sólo de verborrea barata y pretenciosa con la que llamar vuestra atención. Porque hablo de redactores (otra vez, sí... aunque os prometo que para la siguiente semana será otra vez de videojuegos); de esos que no sólo se ven obligados a trabajar de gratis sino que además con tales preceptos se recomiendan abiertamente. Haberlos de este tipo, por desgracia, hailos y a patadas a la que uno pone en sus manos un teclado. Son esa pequeña y peligrosa casta (ahora tan de moda la palabra aunque ya antes de que todos nosotros naciéramos se usaba con mayor o menor frecuencia) que prefiere reverenciarse y bajarse los pantalones antes que luchar por su prosperidad. Así, de una patada y en unas pocas líneas de texto, en un tono más bien resignado y lánguido, el protagonista que da pie a esta entrada se ha cargado de un plumazo años de protestas camufladas y descontentos, para darle una palmada a los miserables y dejar la puerta abierta para el menosprecio de los profesionales y el ninguneo de los que se dedican a las letras de un modo amateur. Seas periodista o no, entenderás como amante de la prensa escrita, que después del respeto y el reconocimiento a tu trabajo el pago justo por lo que has hecho es lo primero. Pero antes de que hagamos leña del personaje (uno más entre muchos otros en realidad, y que se pueden encontrar en todas las profesiones), veamos el mensaje al que me refiero:

Ahí, vendiéndose. Como un señor...

No. No estáis soñando, aunque casi sería mejor hacerlo. Como éste existen unos cuantos y he tenido el dudoso honor de trabajar con ellos. Lameculos egoístas que sólo piensan en pisotearte y subir puestos. En el texto sólo le ha faltado añadir una nota en mayúsculas avisando que además de hacernos un traje de saliva podremos violarlo con total impunidad como medida de escarmiento. Me pregunto si el "pobre" es consciente de que además de tirar piedras contra su tejado, lo está haciendo también contra muchas personas con ilusiones y ganas de salir adelante, además de ponerle la zancadilla a todo un sector.

Y pensaréis que soy una muy mala persona por no entender que este hombre pueda estar pasándolas canutas para llevarse unos míseros euros al bolsillo. Sí, hasta cierto punto me hago cargo y lo entiendo, pero esa no es la solución. No, porque es muy fácil arrastrarse y menospreciarse para conseguir un pellizco y la atención de algún aprovechado; que lo exprimirá y se servirá de él en su beneficio hasta que prescinda de sus servicios o su víctima decida que ya basta. Y no, porque con eso empuja a todos los demás entusiastas de las letras virtuales a tomarlo como dogma de fe y a que cada uno se abarate a sí mismo hasta alcanzar un punto llano de ridiculez. También a los directores y editores, que se frotarán las manos al comprobar que nosotros mismos nos servimos para competir entre nosotros por ver quién hace más por menos.

Ya sin necesidad de tener a individuos por ahí rondando y campando a sus anchas, dirigiendo ciertas publicaciones con mano de hierro y tiranía por el módico precio de cero, casi tenemos que mendigar para que nos paguen algo en monedas o especias a la hora de hacer un artículo. La mayoría lo hacen (o hacemos, ya que me incluyo), sin cobrar nada a cambio sobre todo cuando se tiene muy poca o ninguna caché, como para que venga uno que en teoría es de los nuestros y decida por él mismo -e inconscientemente por todos- que lo ideal es trabajar por la voluntad. Aunque casi es más insultante darle al proxeneta (así los nombro porque actúan como tales) la libre opción de no pagar su trabajo en caso de que no quede muy convencido con su redacción. Delirante.

Para muchos jefes, esto es la voluntad...

Triste, pero cierto. Esto es lo que hay. Compañeros así son prohibitivos en un grupo y de lo más peligroso para el buen tratamiento. No les importa agachar las orejas si con ello consiguen lo que quieren a pesar de que muy posiblemente esa sea su rutina por siempre jamás. Pobres ilusos... no saben que quien les toma la mano y la firma con esa carta de presentación, al final acabará tomándole el brazo y el pelo, convirtiendo su tarea diaria en un bucle infinito del que a la larga -y os aseguro que es así- le costará mucho tiempo, dudas, y todo un infierno, salir.

22 de junio de 2014

Análisis - Portátil Lenovo Essential B590: bueno y barato

¡Buenas! Os escribo emocionado y desde la cama otra de esas entradas más afines a mi día a día que de videojuegos (a veces toca), con las piernas flexionadas y el portátil a unos 120 grados de su posición normal. Todo un lujo al que muchos estaréis ya acostumbrados, pero en mi caso al no tener smartphone ni nada parecido, nunca ha sido así. 

¿Portátil? ¿He dicho portátil? ¡Sí apañeros! Tengo un portátil. El primero en toda mi vida (aunque los he usado en infinidad de ocasiones y hasta he recomendado la compra de algunos modelos a familiares y amigos; una cosa no quita la otra). Por fin me he decidido por la portabilidad, aunque si os soy sincero, ése no va a ser precisamente su menester. Os explico:

*Nota 13 de marzo de 2023 (al final de la reseña tenéis mi valoración sobre este portátil Lenovo B590, uso y rendimiento en pleno 2023 tras casi diez años desde su compra). 

El susodicho Lenovo B590 en una foto de domingo.

Buscaba en realidad un equipo con el que trabajar desde casa (escribir en realidad o como mucho alguna pequeña tarea con Photoshop o Autocad), un Pc extra que no me obligara a tener el ordenador de sobremesa encendido más de la cuenta, sobre todo en los días de más calor y más aún cuando no me sentaba frente a la pantalla para jugar. El ahorro consiguiente se notaría en la factura, y además mi Athlon Dual Core llevaba unos añitos tirando prácticamente de sol a sol. Y puesto que el pobre se lo merece y además no es plan de que se me tueste (ni él ni yo, porque hay que ver el calor que genera en una habitación), por eso que al final he caído y he optado por pasarme al lado oscuro de la fuerza en busca de la practicidad. Algunos todavía se flipan cuando les digo que juego a todo y muy decentemente con un PC de hace la tira al que sólo le he cambiado una Nvidia con ya 5 años a sus espaldas y que ya en su momento no era de gama alta. Pero quien me conoce sabe de sobra que me rompo mucho la cabeza optimizando y aprovechando hasta el límite cada una de las piezas de mi ordenador. Ni soy un obsesivo de los filtros, ni me gasto el dinero actualizando piezas sólo para ver una pequeña mejora sin la que puedo vivir igual.

Años han pasado desde que un día sopesé la alternativa. Que si me esperaba, que si no me convencía... etc. Pero en fin, ya estamos aquí y la verdad es que no me arrepiento. Al final tras haberme pasado varias semanas deliberando sobre cuál portátil escoger, he terminado decantándome por un modelo ligero, bueno, bonito y barato (las siempre buscadas tres Bes).

Lenovo pertenece a IBM. Que lo sepas.

Portátil Lenovo B590 2020M 

¿Por qué este modelo y marca? Bien, primeramente porque es un modelo que no sobrepasa la cifra de los 300€ en el mercado de los portátiles de 15,6 pulgadas de pantalla. Y segundo, y lo más importante, porque después de valorarlo y tal como preveía, cumple de sobra mis expectativas para ser un serie B, la gama más baja de la marca y con menor consumo. Es más. Me ha sorprendido muy gratamente lo bien que funciona y su buen comportamiento con las tareas cotidianas.

En mi caso he optado por la versión con 2GB de Memoria DDR3 (4Gb a 30 de diciembre de 2022, ampliable hasta los 8GB y de una forma muy sencilla). Existen otros dos modelos; uno con un Celeron como procesador, y otro con un i3-3110M prácticamente similar salvo en un par de tecnologías de proceso; éste ya con 4GB DDR3, con lo cual este Lenovo vendría a ser el modelo intermedio en cuanto a procesador y capacidad. Lo que me llama la atención entre el Celeron y el modelo de este análisis (un Pentium Dual Core 2020M a 2,4GHz de máxima potencia que podréis regular a 1,2Ghz con cualquier utilidad si sólo lo vais a usar para ofimática, disminuyendo así su consumo y alargando su vida útil) es que el primero lleva 4gb de ram pero la potencia total se la ratean después al procesador. El Celeron está muy por debajo del 2020M, y éste está inmediatamente por encima de los primeros i3 de su marca. Vamos, que si alguno cree que no es moco de pavo este micro por no ser i3, está muy equivocado. Y si le ampliáis la memoria, al menos en Windows, no será un pepino de equipo pero sí un cañón.

Pero, ¿a qué viene esto? Obviamente 4gb de Ram hacen que el ordenador rinda mucho más que con 2. Pero incluso añadir otro módulo de 2gb es mucho más barato y salimos ganando por goleada por equipo final y precio si nos quedamos con el 2020M. 22€ que cuesta el siguiente módulo y ya de por sí nos quedaremos también con un mejor procesador. Por lo tanto entre el Celeron y éste, la respuesta es clara y evidente. Además, aquéllos que se lleven el portátil por ahí, tendrán en este modelo un equipo con bastante autonomía. En mi primera carga para probar la batería, el equipo estuvo encendido alrededor de unas 4 horas y media, y ésta todavía estaba al 24% (Con Linux).


Sus 6 celdas seguramente dan para al menos más de 6 horas de autonomía.

El disco duro de 2,5 pulgadas y sólo 320GB, puede resultarle escaso a quien atosigue el equipo con multiples descargas o se dedica a la edición de vídeo. Aún así no están nada mal. El modelo de disco duro es un Rambo a 5400 rpm que de usarlo en Linux volará directamente. Windows es un come recursos y exige mucho más de lo que ofrece. Mi recomendación es que uséis este portátil con cualquier distribución de Linux. Como ya os digo: volará incluso con los 2gb de memoria DDR3 que trae de serie. Yo no he echado en falta todavía (y he probado tanto programas como juegos sin ningun tipo de ralentización, ni siquiera al abrir mas de una decena de pestañas web). Que os quede claro. En Linux tenemos grandes paquetes ofimáticos y programas de todo tipo. No usarlo porque no, es una excusa muy barata. Que venga sin sistema operativo es sin duda vuestra oportunidad para empezar.

La pantalla, que ya os había dicho que era de 15,6", es de las de maté antirreflejos y con un contraste muy decente para poder trabajar en condiciones de luz. Ahora mismo, cuando escribo este análisis, tengo una ventana detrás, e incluso teniendo el brillo a un 33% se ve de una manera nítida sin perder facultad. Estuve a puntito de pillarme el modelo de 17", con 4GB de memoria, pero el precio superaba ya los 420 € y la verdad que el tamaño útil de este modelo no los echa en falta. Lógico que para escribir sea mucho mejor un modelo de 17, pero os aseguro que los de este Lenovo son de lo más adecuado. Sus 15 pulgadas tienen mayor superficie de visionado que otros portátiles como los de su mismo tamaño y de la casa HP, superándolos en muchos enteros por su definición y nitidez. No exagero cuando digo que a veces rivaliza con con mi monitor de sobremesa LG (análisis del mismo en este blog)

El sistema de sonido es para mí su único punto negativo; todo hay que decirlo. Los altavoces integrados de este Lenovo son muy pobres al carecer de graves. Van montados sobre el teclado y cumplen con decencia su cometido para ver películas o escuchar música, aunque si esperamos disfrutar con un sonido de una calidad decente lo mejor es que optemos por conectar a su salida unos altavoces externos o los auriculares. Gracias a Dios, todo tiene fácil solución.

todos los modelos de Lenovo traen el mismo teclado + touchpad: ambos muy buenos.

Y he aquí uno de mis dilemas a la hora de escoger portátil: el Teclado. ¿Escribiría bien? ¿Me adaptaría? Mi experiencia con portátiles a la hora de hacer textos largos siempre ha sido bastante nefasta. O me equivocaba de teclas o lo hacía a velocidad de tortuga. No las tenía todas conmigo, pero... ¡oh sorpresa! El teclado que ya de serie traen los Lenovo es fantástico. Puede que nos parezca un tanto endeleble al tacto, pero es ahí donde reside su mayor comodidad. Es preciso, cómodo, intuitivo, y se deja acariciar. Otros teclados en equipos más caros, obviamente son más resistentes si los aporreamos con los juegos, pero este teclado os aseguro, que supera en productividad a los que he podido probar de portátiles Fujitsu o HP que costaban alrededor de los 500 €. Además trae el soporte numérico bastante separado, y las teclas son lo suficientemente grandes como para no equivocarse. Es lo más parecido a un teclado de sobremesa, salvando lógicamente las distancias. Lástima que el serigrafiado de las letras no sea su fuerte, e intuyo que en unos años empiecen a borrarse las que más arrastramos con los dedos, como la A. ¿Habrá que escribir con guantes para evitarlo?

El Touchpad por otra parte, es amplio e intuitivo. Mucho mejor que otros instalados en equipos el doble de caros. Yo nunca me he dado bien a la hora de usarlo como improvisado ratón, pero este que trae Lenovo bajo su marca es realmente de lo mejorcito que he podido probar. El primero de ellos que no me desespera, y eso es un punto muy positivo a su favor. 

¿Y qué decir de las conexiones? Pues evidentemente están todas las que necesitamos  en nuestro día a día. Dos puertos USB 2.0, un puerto USB 3.0, lector de tarjetas SD, salida VGA para conectar a la tele o a otro monitor, HDMI,  1 RJ45 (el cable que va al router de toda la vida), Wifi, Bluetooth... y aunque no sea una conexión mejor lo digo ahora que luego me olvido, una grabadora de DVD. Tiene todo lo necesario. Si bien me ha dado algún que otro quebradero de cabeza la conexión inalámbrica en Linux, en windows 7 u 8 no tendréis ese problema. Basta con ir a la web del fabricante para bajaros los drivers. En mi caso Linux me detectó todo a la primera salvo el Wifi y la WebCam, solucionando esto último con la descarga de unos paquetes. De todos modos no os preocupéis, que haré otra entradita (sino la siguiente, la siguiente), con los comandos necesarios y los pasos para instalar una distro de Linux sin que palméis con la Wifi en el intento.

Paneles de entrada y salida en el Lenovo B590

Soltada la chapa (un logro para ti si es que has aguantado hasta aquí), vamos a hablar un poquito de ruidos, temperaturas y rendimiento. Ya os había dicho que el Pentium 2020M no es un procesador de gama alta sino de media tirando a baja. Superior a cualquier Celeron, y algo por encima de los primeros i3. Al no ser de bajo consumo (M en vez de U aunque son 35w que dan la risa), su rendimiento es bastante decente tirando de aplicaciones ofimáticas, reproduciendo vídeo y música, así como tirando de algunos juegos (y os recuerdo que lo he testeado con los 2gb DDR3 que vienen de fábrica). No esperéis echaros un Crysis porque muy probablemente el juego vaya a trompicones. la gráfica es una Intel HD 2500 muy básica, pero suficiente para tirar sin problemas con cualquier juego indie y algunos en 3D de hace unos añitos como Portal o Half Life 2 a bajas resoluciones. Starcraft 1, Diablo, y cualquiera de los clásicos van también estupendamente. También los emuladores de viejas consolas y hasta el Mame. Seguramente vaya mucho más, porque no me ha dado tiempo a probarlo todo. De todos modos, no recomiendo a nadie que juegue con un portátil por mucha gráfica dedicada que traiga. La mayoría revientan por problemas de temperatura, y por desgracia una gráfica integrada es insustituible para el usuario común. Que no os cuenten milongas: para jugar, siempre un sobremesa. A un portátil por muy MSI que sea y por mucho que te haya costado, tener que aguantar el calor generado por un videojuego durante ratos más o menos largos le resultará a la larga demoledor. No disipan el calor como un sobremesa. No te la juegues. Nunca mejor dicho en este caso.

Half Life 2 a bajas resoluciones tira, pero mejor no hacerle sufrir.

Y hablando de temperaturas. Este Lenovo B590, salvo cuando le he metido algunos indies de Steam para el testeo, en los que la temperatura del micro pasaba de los 45 grados (no he comprado una placa refrigeradora pero se puede acoplar), el resto del tiempo ha estado durante horas a una muy decente de 36 (actualizo: en los días de más calor a 38 y con tiempo fresco a 33, cuando el promedio de los dual core de intel en portátiles bailan en torno a los 55). Llama la atención que sea un equipo que no se calienta prácticamente nada incluso tras haberlo tenido durante 5 horas seguidas en funcionamiento. Apenas imperceptible cuando tocaba la parte inferior o ponía la mano frente al ventilador del procesador (que dicho sea de paso, no calienta ni el teclado ni se hace molesto). Y para nada ruidoso. Tuve que acercar mi oreja al teclado para poder llegar a escucharlo en funcionamiento. Creo que es el portátil más silencioso que ahora mismo podéis comprar. De 10 en este aspecto, aunque ya veremos con los años si se sigue manteniendo.

En cuanto a sus acabados, no vamos a ser tiquismiquis porque mucho más no se puede esperar con su precio. Es soso, poco adornado, y el material plástico del que está hecho se da de cabeza contra otros bastante más caros. Aún así aguanta el tipo con robustez y tosquedad. Creo que es un portátil de los que se dice de batalla para la oficina y el trabajo. Completamente negro y con apenas el logo de la marca en su tapa superior. De la casa IBM, hay que recordarlo, con lo cual los estándares son los mismos de la compañía clásica estadounidense.

Me gusta el detalle de los filtros antipolvo en cada una de sus rendijas y que pueda destriparse por abajo con muy poca tornillería (2 tornillos nada más).

 El pequeño... que espero que dure muuuchos, muuuchos años.

Concluyendo:

El portátil Lenovo B590 es un equipo más que decente para todas las situaciones que no requieran un nivel profesional (edición de vídeo por ejemplo, que tiran mucho de un procesador y aquí viene mucho mejor un i7 o un i5 de última generación). Sin embargo para tareas ofimáticas, navegar, reproducir vídeo, edición fotográfica de tipo doméstico, y jugar de manera puntual a algún que otro juego que no requiera de grandes requisitos, es de lo mejorcito teniendo en cuenta su bajo precio (300 euros con gastos de envío, 280 en tienda). Es un equipo que apenas se calienta tras muchas horas de uso, yo diría que lo normal. Altamente silencioso y con un rendimiento por encima de la media de otros equipos más caros. Si en Windows se comporta (aunque para esos sistemas se recomienda actualizarlo a 4GB de memoria), con Linux, es una auténtica bestia y no hace falta actualizarlo. Además cuenta con la ventaja de que el disco duro y el procesador son fácilmente sustituibles. Hasta un i5 según el fabricante.

Tenía mis dudas, por temor a quedarme corto y ver cómo con la mayoría de las tareas el portátil se atragantaba. Había leído en algunos foros a gente que lo tildaba de despropósito en cuanto a velocidad y rendimiento. Sólo tuve que indagar un poco para darme cuenta de que era gente con muchas prisas y que además valoraba el portátil sólo para jugar. Y al final, tras la práctica in situ, creedme: para prácticamente todo, y a no ser que uséis programas de carga pesada (como el Adobe Premiere) a un nivel profesional, éste es el mejor portátil que os podáis encontrar sin necesidad de invertir 500 o 600 euros. Eso sí, ya os aviso que es difícil de hacerse con uno, ya que los establecimientos y webs más importantes se han quedado sin stock dada su calidad y bajo precio.