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11 de enero de 2018

Matsu PSX Emulator- Emulador multiconsola retro para Smartphones y Android

Si bien hay infinidad de emuladores de consolas gratuitos -sobre todo en Pc- son sólo unos pocos los que podemos disfrutar en nuestros Smartphones o Tablets funcionando bajo Android con un rendimiento por encima de la media a la par que sus valoraciones. Así, tenemos ejemplos de programas que consumen demasiados recursos, algunos de ellos muy poco intuitivos, como también están los que nos bombardean con publicidad de manera constante y aquellos que para conseguir que funcionen necesitan que nos saquemos un máster. Sin embargo, en el otro lado de la balanza, también existen otros como el que nos ocupa; no sólo son precisos y rápidos, sino que en un abrir y cerrar de ojos y seamos todo lo torpes que queramos, nos facilitarán el poder jugar a gran variedad de sistemas y juegos en sólo unos minutos. 

Matsu PSX Emulator o Multi Emulator.
Matsu Psx Emulator o Matsu Multi Emulator de Studio MXE es, por méritos propios, uno de los programas más versátiles que he conocido en este último año en la emulación de consolas bajo Android; una joya teniendo en cuenta toda la basura que corre por la Store de Google Play. Probado en hasta tres dispositivos distintos (Bq, Samsung y Huawei) pero con tan idénticos y satisfactorios resultados, que es por eso que no dudo que ésta sea la línea a seguir. Con un consumo de recursos meramente anecdótico, y que estoy convencido de que hará las delicias de aquellos que usen el teléfono para algo más que llamar.

Todo en 12mb. Matsu PSX

Instalar y ejecutar

La instalación es la misma que la que precisamos para cualquier otro programa que podamos encontrar en la Play Store de Google. Una vez seleccionado, el mismo nos pedirá acceso a diferentes permisos, aunque he de decir que he visto de todo y lo que demanda éste es casi ridículo. El dispositivo nos instalará poco más de 12 mb que son irrisorios para todo lo que ofrece. Pero será tras la primera pantalla de carga cuando el emulador nos pondrá ojos golosos al ver toda la lista de sistemas capaz de emular. Aquí, y de entre una serie que va desde Mega Drive (que incluye también Máster System) hasta Super Nintendo, Game Boy o Nintendo DS, caben destacar la primera Sony PlayStation o Nintendo 64, que son los que más potencia requieren y que por el momento van bastante bien. Tras ello y seleccionada la opción acertada, el mismo nos descomprimirá el archivo incluso si está en formato .rar o .7z (podremos hacer una búsqueda inicial de las roms o isos que nos hayamos descargado o copiado previamente, de manera automática o manual). Eso sí, la descomprensión tarda como un demonio, y da la sensación de que el programa ha dejado de funcionar. Pero tened paciencia y tomaros algo. 

Por el momento la versión 3.4.1 emula todas estas consolas, que no son pocas. Matsu PSX.
Una vez acabada la búsqueda sorprende la gran amalgama de opciones disponibles al igual que la poca cantidad de recursos y la suavidad con la que van todos los juegos, incluso si nuestro dispositivo no es de los más potentes. Además el programa permite guardar partida y realizar rebobinado para volver a un momento anterior. También goza de toda una serie de opciones que van desde cambiar el tamaño de pantalla, configurar el teclado táctil (no demasiado invasivo para lo que muchos otros de la misma índole nos tienen acostumbrados), hasta la posibilidad de sacar capturas de pantalla, conectar un teclado o mando externo, usar o no la bios propia de cada máquina (y en su defecto la emula), y otras posibilidades que poco a poco descubriréis.

*Nota: obviamente el programa no va a ejecutar ningún juego si es que no nos hemos bajado ninguna iso o rom previa. Puede parecer una tontería aclararlo, pero no sería la primera vez... ;).

Podremos usar una Bios descargada o dejar que el programa lo emule. Matsu PSX
Lo mejor:

-Emula una gran variedad de consolas.
-Es gratis.
-Muy intuitivo.
-Emula las bios que necesitemos.
-Muchas opciones, entre ellas la modificación del tamaño de pantalla.
-El teclado táctil no te impide ver lo que ocurre como otros programas.
-Emula con suavidad.
-Fácil de usar y configurar hasta para el usuario más novel.

Tenía que probarlo. Final Doom, corriendo en Android con Matsu Multi Emulator.

Lo peor:

-Contiene publicidad (sólo en posición horizontal y al terminar de jugar). Muy poco invasiva.
-No haberlo descubierto antes.

Conclusión:

He de decir que por fin estoy muy satisfecho con este tipo de emuladores en Android después de haber probado unos cuantos. Llevaba bastante tiempo probando programas que me permitieran jugar unos minutos a títulos clásicos, pero la mayoría o se centraban sólo en una máquina o simplemente se hacían injugables por todo el espacio que los botones ocupaban en pantalla. Eso sin contar las numerosas ralentizaciones cuando se tiraba un poco más del carro. Después estaba el hecho de que muchos no permitían cambiar el tamaño de ésta, viéndote prácticamente obligado a jugar con un marco demasiado pequeño y pobre de ti como tuvieras ciertos problemas de visión; algo que los que son un poco miopes lo agradecerán. Matsu Multi Emulator os hará disfrutar con los videojuegos de antaño en cualquier momento y lugar. 

El tamaño de la pantalla es modificable. Final Doom de PSX, con Matsu Multi Emulator.
Podéis descargarlo desde el siguiente enlace. En caso de que éste deje de funcionar, podéis avisarme en los mismos comentarios.

Descarga Matsu PSX Emulator

Os dejo con algunas imágenes propias en acción.








8 de enero de 2018

En el paquete - Nueva compañera de piso: Super Nintendo 16 bits

La familia crece, y hay que ver cómo lo está haciendo: este año 2017, del que todavía guardo un muy buen recuerdo en muchos de los aspectos, podría decirse que ha sido el que más he disfrutado -sobre todo a nivel personal- como amante del coleccionismo retro y en especial de los videojuegos. No sólo por mi sorpresiva llegada a Nintendo (por supuesto que para quedarme y siempre con el permiso de SEGA), sino también por la notable ampliación de mi lista de títulos, juguetes y consolas, sobre todo de la misma marca y a la espera de lo que venga, y otra serie de cosas de las que en este blog ya he hablado y algunas otras tantas que aquí y ahora no vienen a cuento mencionar. Estoy más que seguro, o al menos eso es lo que de corazón espero, que este recién estrenado 2018 que llega me brindará suculentas sorpresas de "alto guiso en olla de cobre" para degustar*.

La recién llegada Super Nintendo original, acompañada de su versión mini.

Binomio indiscutible de toda una época en 16 bits

Y es que, como digo, este año se ha presentado muy generoso (ya veremos cómo termina), trayendo de la mano inesperados regalos (de los cuales ya hablaré en próximas entradas) y, entre ellos, esta fantástica Super Nintendo como Regalo de Reyes a la que darle cariño y con la cual disfrutar; "el cerebro de la bestia", como rezaba el viejo anuncio, binomio indiscutible de toda una época (años 90) en liza con la añorada Sega Mega Drive, y junto a la que desde ya ocupará un lugar destacado de casa en mi creciente aunque todavía humilde colección. Una de las consolas por méritos propios más influyentes e icónicas de la historia de los videojuegos y que para los que vivieron la época y lo pasaron en grande a golpe de mando y cruceta, supuso un antes y un después.

La máquina que ocupa ahora estas líneas fue tan importante en la industria, que supuso el que muchos de los actuales jugones empezaran con ella hasta el día de hoy. Recordada con enorme cariño y nostalgia, sobre todo por los más veteranos entre los que me encuentro. Es más, ese fue el principal motivo por el cual me hice con una Super Nintendo Mini hace sólo unos meses, pero lo que no me esperaba de ninguna manera era que, después de más de dos décadas y habiéndola disfrutado en su tiempo, sería por fin un flamante poseedor de la máquina original.

Nada más abrir la carcasa... (en la foto no se aprecia la capa de mierda). 

Superviviente y lavado de cara

El tiempo todo lo cura, o eso dicen, y esa espina que tenía clavada en mi orgullo de retro, por fin se ha cerrado esta pasada semana aunque con cierto sabor agridulce. Y es que el maltrato y el tiempo han hecho mella en esta pequeña a pesar de que todo tiene solución. La consola ha llegado a mis manos totalmente vilipendiada físicamente, quizás por culpa de sus anteriores dueños o puede que por la fatalidad. Rescatada hace casi un año exacto de un mercadillo árabe a la más absoluta intemperie, y con toda seguridad expuesta durante meses, rodeada de cachivaches y trastos sin ningún tipo de protección, con marcas evidentes de marcas y arañazos sobre todo en uno de los laterales, así como restos de líquidos, pegamento y grasa que la rodeaban por doquier. Me pregunto cómo es que una consola de esta índole acaba así, olvidada y vejada a la espera de que alguien la salve y, lo que todavía resulta más sorprendente: cómo es que sobrevivió. También hay que contar con el evidente amarilleo del plástico conocido por todos los que nos dedicamos a esto y la muchísima porquería encontrada en su interior; entre telarañas, suciedad y polvo, además de grasa campando a sus anchas sobre la circuitería. No os imagináis lo que me ha costado limpiarla y dejarla en el estado que ahora tiene (seguramente haga algún tipo de tutorial al respecto para los que no se atrevan a echarle mano a su consola), que cualquiera diría lo que la pobre ha pasado, sobre todo a la hora de reducir la capa de óxido que rodeaba las chapas de protección que guardan la placa interior y de la que ahora mismo apenas queda rastro.

Posibles reparaciones

Pero no sólo la consola ha necesitado un lavado de cara, del cual ya se ha recuperado y hasta diría que huele tan bien como la primavera, sino que esta bellísima Super Nintendo en versión Pal y Europea en su edición española, a pesar de ser toda una superviviente y haber resistido todos los envites posibles, todavía necesita de un arreglo importante para disfrutar como se merece de su jubilación. En primer lugar, y planeado a lo largo de todo este año si el tiempo y la paciencia me lo permite, reparar o cambiar el chip de sonido a la espera de próximas pruebas, y en su defecto de algunos de sus condensadores por si la primera opción no lo solucionara. La consola enciende, se juega y disfruta, pero lamentablemente no tiene audio. Quizás un cambio de cable y el usar la toma de tipo RF lo resuelva sin necesidad de ponerme a soldar sobre la placa. Del resto, perfecta, y con el lavado de cara al que ya ha sido sometida, limpieza de placa y eliminación de todo tipo de orgánicos y sustancias nocivas para su conservación, poco le falta para estar como nueva y seguir dando guerra durante otros tantos años. También, y como ya he comentado, puede que termine por blanquearla para que luzca como recién salida de fábrica durante unos años, aunque como dice mi buen amigo Manwe, mejor dejarla así porque es precisamente eso lo que la hace maravillosa y le aporta cierto síntoma de "solera" como el buen vino. Y puede que tenga razón. 

También la carcasa, tanto la parte inferior como superior, recibió un buen lavado. Jabón y agua caliente.

Pero eso, de las vicisitudes para darle este último toque, ya hablaremos en otro momento si se precia, y de ser así no dudaré en hacéroslo llegar. Hasta el momento la consola descansa entre algodones a la espera de disfrutarla y gozar de mejores vistas desde una estantería. Un abrazo para todos, y a disfrutar del año que acaba de empezar.

Zona sobre la que en teoría deberé trabajar.

* (tal síntesis metafórica culinaria se le debe en muy gran parte al amigo, coleccionista retro y culpable, Tunay).